Hoy estuve jugando a ser Claude Garamond. Fue divertido y aprendí mucho.
Tomé la tipografía Garamond y me puse a jugar con ella, la empecé a deformar hasta que la dejé con el puro ductus. No tenía claro para qué, pero seguí con el ejercicio, luego empecé a arreglarle las cosas que no me gustaban y llegué a mi propio estilo de diseño, o sea, llegué al punto de partida. Mientras jugaba, pensaba: ¿qué hubiese hecho Giambatista Bodoni, con este ductus?, y me puse a jugar con la Bodoni también.
Hey, es extraño. Algo aquí no me calza, el espíritu de Bodoni está presentísimo, la estructura calza, pero deja de ser bodoni, Giambatista jamás usaría ese tipo de curvas, hmmm, interesante.
Empecemos de nuevo, ¿y que diría mi maestro Gerard Unger de todo esto?, y empecé a jugar con swift, y me di cuenta de las diferencias entre ambas fuentes son abismales, las contraformas, la contrucción, los pesos, los detalles, todo. Descubrí la simpleza de las formas y las contraformas de los trazos de Gerard Unger, y descubrí la academia pura. Las barras y las astas tienen una relación entre sí, y entre las contraformas que no pueden ser ignoradas. Me di cuenta de la ausencia absoluta de detalles tontos, las angulaciones, la velocidad de las curvas, y su racionalidad ante todo. Sin duda, Unger debe ser uno de los mejores tipógrafos que existen que diseñan fuentes de alta legibilidad.
¡Sorpresa!, su fuente australis es “garamondiandísima”, si no fuera por el taco de la b, y la caída de la cabeza de la a, serían muy similares. Pero, tienen un aspecto demasiado distinto. Obvio, las tipografías se hacen funcionales con su ductus, pero se hacen bellas con lo particular de los detalles que tengan. Australis no es la excepción, los quiebres en sus curvas, la fineza de sus serifas, y la proporción de sus trazos con respecto a la forma y contaforma la hacen bellísima. Con Australis entramos a una nueva era en el diseño tipográfico, una era donde el trazo caligráfico pasa a un segundo plano, y la forma está basada preferencialmente por conceptos aplicados de diseño, y no tanto por una respuesta textual al dibujo con la pluma (fíjense en la colita de la a, versus su cabeza. Pancho sabe).
Para finalizar, y que el ejercicio no fuera tan corto, decidí rendirle tributo al gran Lucas De Groot. Tal vez aquí fue donde más me divertí, la adaptación de the sun a garamond, debe ser una de las cosas más absurdas que se hayan hecho. Al final, creo que se perdió casi todo el estilo de Lucas, pero me dio grandes ideas para empezar una nueva fuente. Tal vez algún día la haga. Hoy no, que ya es de noche.
Si quieren ver el resultado del ejercicio como es la costumbre pueden cliquear sobre la imagen. Lo verde es la fuente original y lo negro es lo rediseñado.
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