El artículo anterior trataba de la personalidad o idiosincrasia de las tipografías, de alguna manera haciendo referencia a la creación de fuentes.
Este artículo es un pequeño ejercicio de modificación tipográfica, con el objetivo de lograr los resultados deseados.
Muchas veces las tipografías que tenemos no nos sirven, pero si tuvieran ese pequeño detallito que queremos, nos serían realmente muy útil.
Este “customizado”, “enchulamiento”, o modificación de la tipografía es el que le da un valor agregado a nuestros diseños.
Voy a analizar un pequeño caso real de modificación tipográfica.
La agencia de motion graphics Daf, me encargó diseñar líneas de texto para un nuevo programa de televisión, llamado fenómenos.
El concepto base del programa, era hacer una revisión a los sucesos paranormales que nos ocurren. Apariciones, fantasmas y situaciones anormales.
Antes de partir, el director de arte propuso una idea base, que buscaba presentar el programa de tal manera, que el conjunto de actos diera cuenta que se están investigando archivos ocultos. Profanos.
La idea no era ocupar una tipografía muy expresiva, sino que a partir de una muy conservadora, hacerle los cambios suficientes para que pierda el espíritu del tipo de texto y pase a ser algo más “profana”. Que mantenga el mismo concepto de forma, pero que se trabaje la estructura, superponiendo, extrayendo y modificando trazos y terminales.
Rauco era una tipografía que estaba llevando a cabo desde hace algún tiempo, y su inexpresividad y carácter conservador la hacían ideal para el encargo. Creo además que era un plus conocer el lenguaje y concepto de las curvas y terminaciones, para poder modificarlas.
El objetivo, fue siempre ir descontextualizando remates y terminaciones, y detalles propios de la letra, produciendo sistemas de interesantes “gags tipográficos”.
Luego de tratar de trabajar en caja baja, entendí que las ascendentes y descendentes tienen una función muy particular, que es diferenciar los caracteres. En ese sentido, aparte de la “f”, la “j”, la “y” y la “g” y la no hay más letras que contengan la información de la letra fuera de la “altura de la x”. Por lo que rescaté esas 4 y las demás se trabajan en versalitas y cajas mezcladas. La idea es crear cajas alternas, sin minúsculas ni mayúsculas, sino que ubicadas de manera aleatoria pero cumpliendo la misma función.
De esta manera, la “n”, perdió su serif inicial y adoptó la terminación de la “a”, pero sin su colita. Algo así como prokyon.
Finalmente, no todas las letras tienen que tener alteraciones. Si sabemos trabajar las letras que entregan sus particularidades, podemos lograr un muy eficaz resultado.
El resultado es el siguiente:
12 comentarios en “Alterando el concepto de la letra”