El secreto del tipógrafo

Cuando era un mechón (estudiante de primer año) de la escuela de diseño, en la ciudad de Chillán, mi profesor de taller insistía hasta la muerte que no diseñáramos nosotros las tipografías, que ya estaban todas diseñadas; y no por cualquiera, sino que por estudiosos “eruditos del diseño de cabellera blanca” que llevaban décadas estudiando las formas para que calcen de manera perfecta. Entonces tomábamos los catálogos de Letraset, y les sacábamos ampliaciones y reducciones hasta dar con el tamaño.
Un par de añitos después, conocí a Pancho Gálvez y a los tipografía.cl. Eran todos jóvenes menores de 30 y se habían dado el gusto de hacer y deshacer con tipografía. Yo quería ser como ellos, y empecé a diseñar tipografías.
Orgulloso de mi trabajo, voy donde Gálvez y le muestro mi primer alfabeto. Abrió los ojos impresionado por mi primer paso, dejó de hacer lo que estaba haciendo y me dijo: “te voy a enseñar el secreto de la tipografía”.

Secreto nº1 “Las tipografías redondas son mas grandes”
Jamás me lo habría imaginado pero cuando hacía una línea de texto, habían letras como la “e, o, c” que aparecían un poquito más chicas que las demás, entonces las volvía a medir y efectivamente eran iguales. Entonces están bien hechas, me dije a mi mismo.
ERROR. El hecho que esté bien, no quiere decir que funcione de la mejor manera. Hay una parte de la teoría de la percepción de la forma que habla de este fenómeno, y en diseño tipográfico es uno de los secretos base a la hora de proporcionar las fuentes.
Éste espacio se llama “zona de ajuste perceptual”, y más o menos es entre el 3% y el 5% del tamaño de la altura x.

Secreto nº2 “La igualación de contraformas”
Es uno de los detalles que puede hacer de una buena tipografía a una gran tipografía.
Los grandes sabios de la tipografía, no sólo diseñan lo que se ve (el trazo) sino que diseñan lo que no se ve (contraforma), y son capaces de regular proporciones ajustando sus contraformas para que tengan pesos similares.
Cuando uno croquea ideas, por lo general jamás se imagina la trascendencia de la contraforma, pero lo cierto que es muy importante que sea muy clara, proporcionada, y ojala lo más simple posible.
En el ejemplo podemos ver la similitud en el área de la contraforma de las letras “a” y “e”, siendo un poquito más grande la que queda abierta.
André Gürtler, en su paso a Chile, habló incluso de proporciones ópticas y proporciones falsas. Antiguamente, las tipografías con horizontales (como la HEFSB, etc.) dejaban a propósito la contraforma superior mucho más pequeña que la inferior. Hoy en día, y con los nuevos criterios de tipografía moderna, las contraforma tanto superior como inferior, son aparentemente iguales, pero si uno las compara con la lupa, igual está presente la compensación que hablábamos en el punto anterior, dejando la inferior un pequeño porcentaje mayor, con el fin de otorgarle más estabilidad a la letra.


Secreto nº3 “No todo lo que ves es cierto”
La obsesión por la contraforma perfecta ha ido alterando poco a poco el diseño incluso de la forma. En este sentido, los tipógrafos pretenden engañar al ojo de quien ve la letra a la rápida, y no es capaz de fijarse en los pequeños detalles como las líneas que no son continuas en el ejemplo. ¿Cuál es el objetivo? Crear contraformas mucho mayores para darle una mejor legibilidad a la letra.
En el ejemplo de arriba, la sección amarilla corresponde al espacio que debería cubrir el trazo. Con el fin de agrandar la contraforma entrante, se decide crear ese efecto visual que permita no crear ni imperfecciones ópticas ni formales.

En el ejemplo superior, es el clásico ensanchamiento de la cabeza de la «n, r, p». El objetivo es el mismo que el anterior. Mejorar artificialmente la legibilidad de la contraforma.

Y secreto nº4 “Nunca las letras diagonales son realmente diagonales”
En ese sentido se pretende dar una adaptación al trazo diagonal, pero nunca es perfecto, ya que al hacerse continuo el diseño de las contraformas y la estabilidad de la letra corre grave peligro. Los diseñadores de letras en este caso se toman la libertad de hacer que los trazos “parezcan” fluidos, pero pensando siempre en que la contraforma sea la que manda.

Aunque parezca que la tipografía a veces es una disciplina demasiado compleja y llena de secretos, en verdad no tiene tantos, sino que más bien son “mañas” de diseñador, que las va consiguiendo con mucha autocrítica y experiencia. Hoy, a 5 años de mi primer alfabeto, me siento orgulloso y muy motivado de seguir aprendiendo. Y aún más motivado por enseñar lo que se.

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